El riesgo del agua contaminada
El agua es un elemento con el que se refleja e identifica la pureza y muchas hermosas cualidades, pero siempre y cuando esta tenga cierto color. Si, el agua cristalina es algo que incluso brinda paz a quienes la disfrutan, pues en otras circunstancias genera inquietud a sus consumidores.
Pero hay otros detalles que debería considerar al valorar la limpieza del agua que utiliza pues, sin importar que tanto empeño se ponga en tratarla, el agua siempre debe utilizarse y consumirse de manera responsable.
Esto se debe a que, aun con una apariencia óptima, el agua podría estar contaminada. Cierto, bajo esas circunstancias basta con apelar a opciones como agua embotellada hasta que las fuentes de agua potable sean aptas nuevamente, pero ¿sabe qué hacer en estas situaciones?
¿Por qué prepararse para esta situación?
El agua contaminada o sin tratamientos adecuados es la principal sospecha en las situaciones de aparición de enfermedades, pues es el medio por que pueden esparcirse rápidamente. Por eso es normal que se dicten ciertos parámetros para seguir disfrutando de este elemento mientras se recupera su pureza.
Pero hay que aclarar algo, no debemos crear un sentimiento de sospecha permanente que nos impida disfrutar tranquilamente del agua que recibimos, ni mentalizarnos a que existe un peligro en todas partes de agua contaminada. El conocer cómo se trata el agua que empleamos y consumimos es la primera y mejor estrategia para prepararnos.
La siguiente es aprovechar los medios de los que dispongamos para mejorar su nivel de pureza. Filtros, purificadores y sistemas comunes como hervir el agua o aplicar un producto purificador pueden convertir agua contaminada en agua apta para el consumo humano.
La última es conocer las enfermedades que genera el agua contaminada y el cómo tratarlas. La diarrea y la disentería son las más comunes, pero existen otras que comparten los síntomas iniciales. Lo mejor es acudir inmediatamente a tratamiento y así se puedan determinar medidas de acción que limiten el problema sin que llegue a algo grave.